Cuando eramos niños, los varones queríamos ser Superman, o el Hombre Araña. Las niñas escogían a la Mujer Maravilla. Crecimos con esa pulsión de arreglar los problemas de un "porrazo", con un héroe, un líder que nos salvase de los malos. Yo creo que ese modelo quedó calado muy profundo, de algún modo aprendimos que nuestros conflictos se arreglan con la llegada de algún Mesías tipo Hollywood (buena presencia, armado, con poderes especiales y anónimo). Ese conjunto de rasgos PARECE que nos encanta..es como una adicción a ser rescatados, salvados...por ese super-hombre ó super-mujer...Por supuesto, mientras el superhéroe lucha contra el mal, nosotros no hacemos nada...sólo esperamos como Raspuncel a ser rescatada. Todo un cuento de Hadas, pueril, infantil y muy irresponsable.
Una sociedad atrapada entre parecerse a Barbie o a Ken...
Parece que no hemos madurado a resolver en colectivo nuestros asuntos. Aún esperamos por el CAUDILLO, y si además reune estas cualidades de superficialidad propias del cine..pues mejor. Claro, este héroe que viene a rescatarnos será criticado, puesto en juicio, histéricamente alabado, tratado como una estrella de Rock.
No seré yo quien diga si ese joven es bueno ni malo, o si la acción del helicóptero es un montaje o es genuina y heroica. Solamente pretendo colocar una luz sobre nosotros (no sobre él), abrir un pequeño espacio para reflexionar sobre ese modelo de pensar, sentir y esperar a que sea OTRO siempre el que nos resuelva nuestro rollo. Por ahora, muchos deben estar complacidos con este "modelo-comando-piloto-fugitivo" ...me recuerda mucho a otro que hace años apareció con una boína roja y dijo "..por ahora no fueron alcanzados los objetivos"..
No hay comentarios:
Publicar un comentario