sábado, junio 25, 2016

Alumnos Eternos


Hay dos momentos muy importantes en la vida de toda persona. El primero es el acto de nacer, legitimando así la existencia y la vida. El segundo momento, es cuando esa persona descubre PARA QUE ha nacido.
Esa búsqueda de la misión personal, pudiera parecer obvia, sin embargo no lo es. La gran mayoría de las personas transitan por su propia vida en caminos de rutina y de hastío, quejándose por las condiciones que le "tocaron", como si la vida fuese algún tipo de lotería. La suerte, el azar o la fortuna son palabras que frecuentemente se utilizan en el lenguaje de quien no ha encontrado una razón y propósito en su vida.
 Al otro lado de la actitud, se encuentran los "exploradores", quienes habilitan motivaciones para vivir con un sentido orientado. Sin importar su riqueza económica o su estatus social, los exploradores encuentran razones para exprimirle a la vida el mayor potencial posible. Quizás esta actitud distingue entre "los que viven" y "los que existen"...y Dios sabe que estos dos estados emocionales llevan a destinos muy distintos.
No importa la edad pues s
siempre habrá actividades y metas ajustadas a ella, ni el dinero que tengas pues hay opciones fabulosas que no demandan pagar por ellas, lo que realmente importa es la esperanza de vivir con la visión de un eterno alumno en un aula que cambia su maestro diariamente. ¿Cómo podemos estar aburridos?.
Vendrán maestros duros, y pasarán...como en su momento pasaron los momentos gratos. Todo pasa, nada permanece..y eso es lo hermoso de este trayecto. Lo importante es descubrir en cada paso cual es el significado y el propósito de ello. Los pequeños instantes están repletos de grandes tesoros.  De este modo, todo será trascendente y significante...una puesta de Sol, la mirada de tu perro, una conversación, la lluvia...¿Cuando fue que nos desconectamos de orden natural?
Hagas lo que hagas, hazlo con pasión. Aprende a leer las señales y los símbolos que la vida te regala todos los días..hay tanto por observar, por escuchar, por sentir, que estar permanentemente amargado es un acto de desagradecimiento.
La actitud del eterno alumno nos conecta con la vida sabiendo que todo pasa...y pasará.

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